Vicky Cristina Barcelona

Demasiado he dicho yo acerca de esta película pero creo que mi reseña para EVAP expresa todo al respecto:

Según la red de prensa española El País, durante la primera exhibición de esta película en el Festival de Cannes 2008, Allen dirigió la obra para: “…mostrar la historia de dos jóvenes que van allí y que poco a poco ven su mundo desintegrarse de manera compleja. Sin ser estrictamente trágico, quise mostrar ese aspecto de la vida de manera sutil”. No se necesita más especificidad que las palabras del director mismo para aclarar que esta película no es necesariamente triste, pero deja al espectador con un sentimiento vacío y con cierta angustia con respecto a la vida misma.

Aún así, más allá de lo que exprese el director, que es reconocido por su capacidad para generar polémica, lo cierto es que muchos de los elementos que presenta en la película son altamente cuestionables en cuanto a ética se refiere, pero al final del día, es lo que lo hace divertido. Llega a tal grado el uso de ironía, que un pintor (Javier Bardem), su ex esposa (Penelope Cruz), y su amiga, Cristina (Scarlett Johansson), terminan por tener encuentros muy cercanos, entre los tres. Todo esto mientras Vicky (Rebecca Hall), discute con ella misma el conflicto entre una aventura pasional y su amor verdadero.

Como propósito, esta reseña pretende mostrar cómo la interrelación de estos personajes asume la dificultad que suele ser vivir en pareja, sobre todo cuando uno cree que tiene la vida planeada. Es así que se pasará por un breve análisis de los personajes principales y cómo sus acciones los van llevando a destruir sus conceptos de amor y fidelidad, para tratar de enmendarlos al final del día.

La clave de esta película es que redefine los conceptos de amor y fidelidad que en muchas ocasiones, un individuo no puede concretar. Es evidente que la película tiende a la controversia, y se hace más indudable cuando se presentan ciertas situaciones en las que la audiencia debe de juzgar qué lado tomar en todas las situaciones tumultuosas que se exhiben, sin pudor alguno, en la película. Está dirigida a audiencias maduras por el tipo de lenguaje que maneja, y la cruda ironía que se muestra dentro de ella.

Ciertas partes de la historia son contadas mediante el uso de un observador omnisciente. Este elemento es rara vez utilizado en el cine, pero es sin duda un componente crucial para la trama de Vicky Cristina Barcelona. Si no fuera por este personaje ficticio, la intriga sería tanta que confundiría al espectador y no habría una armonía estética entre los hechos y los juicios de cada personaje.

Recta, conservadora y fría, así podríamos definir a Vicky, personaje principal de este filme. Vicky tenía una vida planeada: un prometido con un futuro asegurado, una casa y una vida social que se asume era digno de presumir para muchos. Sin embargo, dentro de ella dormía el potencial de descubrir nuevas aventuras y escaparse de la rutina. Siendo un personaje completamente redondo, Vicky cae en la mala vida y se deja llevar por la infidelidad. Una vez fue suficiente para que reconsiderara todo su futuro y casi destruyera su vida perfecta. Inicialmente sólo planeaba terminar su maestría, pero esto se complicó tanto que llegó a los extremos de perder a lo que antes llamaba el amor de su vida. Allen concluye en este punto que el fuego de una pasión es suficiente para que una persona que se encuentre fatigada de la rutina esté dispuesta a dejar todo atrás, a pesar de promesas y experiencias que tuvo en el pasado.

Cristina por el contrario, es una muchacha insegura que no tiene un futuro dicho. Simplemente deja que la vida la lleve a nuevas experiencias, sin nunca ponerse a pensar en las consecuencias que esto pueda acarrear. Cuando por fin se da cuenta de lo difícil que es ser una sombra en el mundo, su pálida visión de la vida se le oscurece, tomando un giro no tan fuerte como el de Vicky pero sí hace que cambie como persona. Para ella el futuro implicaba cambiar de pareja sin mayores problemas, aunque con el tiempo se va dando cuenta de la importancia de tener a alguien con quien compartir experiencias y momentos felices.

Allen acudió treinta años a sesiones de psicoanálisis. No está de más decir que gracias a esto, todas sus películas contienen al menos una escena de cierto personaje siendo psicoanalizado. En el caso de Vicky Cristina Barcelona, no resulta tan atrevido establecer que toda la película es un gran psicoanálisis del ser humano y la evolución del concepto del amor a través de la vida humana. Como bien lo establecen los personajes de Cristina y Vicky, nada está dicho, ni siquiera la inseguridad misma. Ambos personajes cambiaron su perspectiva de ver las cosas, sobre todo en términos de amor y fidelidad. El panorama ofrecido por la película podría aportar una reflexión a lo que sería el mutuo entendimiento de las relaciones de pareja. No consideraría que fuera conveniente verla con la pareja, aunque sí da mucho de que hablar una vez visto este filme.

Al final del día, la importancia de las relaciones de pareja no está explicada al cien por ciento por medio de la película de Allen, sino que brinda una perspectiva ambivalente que explica la dificultad de vivir en pareja, sobre todo por las cambiantes visiones de vida que suele tener una persona cuando está bajo una crisis. Por medio de la crítica de Vicky y Cristina, el director Woody Allen contrapone los sentimientos y la atracción física para llegar a una conclusión ambivalente en cuanto a la definición de una relación de pareja. Nada está dicho, y lo único que se puede hacer es confiar en la palabra del otro, a pesar de todo lo que pueda suceder en medio.

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